Una noche de copas y pasión

—En la habitación dónde solo de encontraban Dorían y Alina, no se escuchaba otro sonido más que no fueran sus respiraciones, los cuerpos del hombre y la mujer, parecían llamarse entre sí

—Alina tomó la iniciativa y pasó sus brazos sobre el cuello del hombre que pensaba era su amigo, el mismo que la había protegido desde hacía años dentro y fuera del país

—Dime, ¿por qué eres tan bueno conmigo? ¿por qué siempre me cuidas?. - Alina preguntaba con voz encantadora

—Es sencillo mujer, eres mía, ¿por qué no debería cuidarte?

—Aaahh, dices que soy tuya, entonces... - Alina dejó de hablar y fue ella misma la que juntó sus labios con Dorian, el posesivo Ceo todavía le dió una última oportunidad

—Si te entregas a mi, nunca te dejaré ir, además mi gatita, ésto puede resultar doloroso para ti

Alina no hizo caso a sus palabras, siguió besándolo hasta que el hombre paso su mano por la pequeña cintura de la mujer, atrayendolo aún más a su musculoso cuerpo

—Tú lo pediste, después de ésta noche, no habrá arrepentimientos

—Dorían era muy selectivo con las mujeres que llevaba a la cama, antes de estar con él tenían que ser sometidas a rigurosos exámenes médicos, para asegurarse que estaban sanas, pero con Alina los podía postergar, después de todo que había de ella que él no supiera ya

—El hombre la tomó en sus brazos y la llevó hasta la cama, ahí la desvistió entre caricias y besos, después de años de cuidarla hoy por fin la tenía entre sus brazos y era como ir al mismo cielo, el exquisito y perfecto cuerpo de la mujer, lo tenía enloquecido

Alina se dejó llevar esa noche, fue de ese hombre sin reservas, lo besó hasta que sus labios ya dolían, y lo dejó entrar en su intimidad, era su primera vez, cosa que a Dorian con lo posesivo que era lo tenía complacido, de haberse entregado Alina a otro hombre antes que a él, la habría matado ahí mismo con sus propias manos

—Esa noche, Dorian Montana, satisfizo sus deseos en el hermoso cuerpo de la joven diseñadora, él le dió todo el placer del que era capaz, antes ninguna mujer le importó, solamente satisfacía sus necesidades no las de ellas, pero a Alina necesitaba demostrarle que el podía ser su hombre, el único que la haría gozar

— A la mañana siguiente, los rayos del sol iluminaban el bello cuerpo de Ali, ella despertó sin saber en donde estaba, la desnudez de su cuerpo y el dolor en su intimidad, le confirmaron sus sospechas, había bebido de más y había tenido sexo esa noche con un desconocido

— ¡Dios, me e entregado a ese extraño hombre!. - a su mente volvía la imagen del atractivo rostro de Rodrigo, el hombre que amaba.- está hecho, lo que guardaba para ti cómo mi mayor regalo, se lo e dado a otro.. - una lágrima resbaló por la suave mejilla de Alina, había dado su virtud a ese desconocido, ahora ya todo era demasiado tarde para su amor con Rodrigo

— Una llamada interrumpió sus pensamientos, rápidamente tomó su celular y respondió

— Tío Adam, ¿qué ocurre?

— ¡Alina, ayer quedaste conmigo que ibas a asistir a una cita con mi nuevo socio, no puedes quedarme mal, ya e confirmado tu presencia!

— Está bien tío, te lo prometí y voy a asistir, te veré en casa en un rato.- Alina cortó la llamada y se vistió rápidamente, el dolor estaba ahí pero no quería seguir más tiempo en esa lujosa habitación

salió del hotel para tomar un taxi a su departamento, su abuelo que era el único que la quería de su familia, se lo había obsequiado hacía dos años en un cumpleaños, desde entonces el acogedor lugar se había convertido en su santuario

— Dorían regresó del desayuno que tuvo con unos importantes empresarios, detestaba ese tipo de reuniones pero sabía que eran necesarias, su verde mirada de halcón buscó la silueta femenina que dejó dormida en su cama, al no encontrarla por ninguna parte, preguntó a sus dos escoltas

— ¿Dónde está mi mujer?

— Señor Montana, la mujer se a ido apenas hace unos momentos

—¡¿Cuándo e dicho yo, que podía irse?!

— Señor, usted no nos dijo que debíamos detenerla, de haber sido así, jamás la hubiéramos dejado marchar

— ¡Ustedes, par de incompetentes, ni siquiera pueden detener a una delicada mujer! ¿para qué es que les pago entonces? ¡fuera de mi vista! no me dejen ver sus caras de nuevo!

— Dorian estaba furioso, su gatita se le había escapado, en su vida no había conocido a una mujer tan osada, las mujeres siempre intentaban meterse a su cama, la que lo conseguía, tenía el resto de su vida resuelto, Dorian era un amante excesivamente generoso y luego estaba Alina que había huido de él

— ¿Con qué... piensas que puedes escapar de mí... gatita? ¡solo espera y verás!

— Alina después de ducharse y cambiarse de ropa, salió para la mansión Altamirano, ahí sus tíos la esperaban para prepararla, su tía le había comprado un fino atuendo de marca para la ocasión, también llamó a dos estilistas para que la maquillaran y peinaran, de esa cita dependía el futuro de la familia, debían poner su mayor esfuerzo

— Tía, ¿por qué debo ser yo quién vaya a esa cita, por qué no le pides a Sofía que vaya?

Alina, tu prima está por comprometerse con Rodrigo, por cierto no estaría para nada bien visto que intentarás acercarte al novio de tu prima, espero que te sepas comportar cómo una señorita decente

— ¿Qué no había sido Sofía, la que le había robado a su novio? ¿cómo es que ahora le pedían a ella que se comportará decentemente? Alina estaba apunto de responder ese absurdo comentario pero... Adam Altamirano las interrumpió

— Vamos, mujeres, ya deberíamos estar en el evento, no podemos hacer esperar al señor Montana. — Adam era el Ceo de las empresas Altamirano, esa noche estaba muy ansioso, de que el Ceo Montana gustará de Alina, dependía el futuro de la empresa

— Al llegar a la gran mansión del poderoso y aristócrata Ceo Dorian Montana, decir que en toda su vida habían visto una mansión tan inmensa y lujosa era poco, las costosas obras de arte estaban por todo el lugar, las finas alfombras y pisos importados del extranjero sobresalían

— Bienvenidos a la mansión Tigre Azul — el mayordomo principal y hombre de confianza del CEO los recibía

— El mismo Dorian había elegido el nombre de su casa, así se consideraba él, un tigre salvaje, elegante, astuto, inteligente y mortal

—La familia Altamirano siguió de frente, Adam y Laura Altamirano iban tomados del brazo, mientras que Sofía, vestida en un elegante atuendo, resaltaba en la velada, la joven heredera era muy bella, su carita de muñeca contrastada con lo que realmente había en su corazón

— Alina en cambió brillaba con luz propia, su elegancia y exquisita belleza no podía ser ignorada por nadie, su transparencia y su noble corazón la hacían ser una mujer por mucho extraordinaria, eso era lo que al joven amo,, Rodrigo Fernández, había enamorado de ella, solo que había sido envenenado por Sofía y ahora el Ceo la odiaba

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