A pesar de la tristeza que Alina sentía al saber a su amor de juventud comprometido con su ambiciosa prima, ella se esforzaba por seguir con su vida, por lo menos ya no estaba cómo prisionera siendo la mascota de un hombre millonario

Por la tarde de ese día, su prima, Sofía, la llamó por teléfono

Alo, Sofía, ¿que se te ofrece?

¿Qué que se me ofrece? ¡eres una bastarda desagradecida Alina, te atreviste a romper el contrato con ese CEO despiadado, ahora nuestra familia está en la quiera, ese hombre nos lo a quitado todo! ¡el señor Montana adquirió la empresa de la familia Altamirano, nos a dejado con las manos vacías por tu culpa! ¿cómo has podido ser tan malagradecida con la gente que te crío y te cuidó?

¿Y qué querías? ¿qué me quedara con ese hombre que me compró en contra de mi voluntad? ¡si te preocupa tanto la situación de tus padres, ve tú a ofrecerte cómo tributo! ¡yo no tengo nada que ver en los beneficios que ustedes ganan con haberme ofrecido a ese demonio!

¡Te lo digo Alina,