Acercarme a Lorena esta siendo más complicado de lo que imagine. Ella pareciera haber levantado un gran muro entre nosotros dos, y a pesar de que en otro momento esto me hubiese parecido muy conveniente, hoy necesito que pase todo lo contrario.
Pienso una y otra vez en la forma para acortar la distancia y no es hasta que veo al sumiller que comienza a explicarnos acerca de los vinos elegidos para el coctel de la subasta, que se me ocurre una idea.
—Deberíamos ir a visitar su local para probar una mayor selección de vinos, ¿no crees? Los invitados son bastante amplios en sus gustos, y creo que aquí no tenemos las variedades necesarias —comento para inventarme un pretexto.
—Si quieren pueden ir ahora mismo, tal y como ha mencionado el caballero, en nuestro local tenemos la selección entera de vinos para que puedan elegir con libertad —concuerda y la miro.
—¿Te parece si vamos? Tengo el día libre para todo esto —ofrezco y puedo notar sus dudas.
«Acepta, acepta» me repito por dentro.
—Est