—Pero… ¿qué pasó aquí? —pregunta Nicole, con la sorpresa y la preocupación pintadas en su rostro. Su mirada se detiene en el desastre que se supone es la cocina, con restos de comida esparcidos por todas partes. La cocina dalos mismos aires que la sala, solo que esta parece haber sido víctima de una batalla culinaria, con ingredientes esparcidos por el suelo, y el aroma a quemado impregnando el aire.
Alessandro, con el rostro completamente enrojecido por la vergüenza, se apresura a tomar la bandeja humeante de las manos de Bianca, que parece a punto de explotar de frustración. Su ropa está manchada de salsa, y su cabello tiene trozos de harina pegados. Sabe que la situación no tiene vuelta atrás y que su intento de cocinar una cena especial para Nicole ha fracasado estrepitosamente.
—¡Bianca, por favor, desactiva la alarma! —le pide, su voz tensa con apuro.
Bianca asiente con un gesto rápido y sale de la cocina en busca del panel de control, mientras Alessandro se queda allí, tratando