Los negocios de Nathaniel no eran del todo claros, había mucho fango debajo del agua clara que ese hombre presumía; y nadie lo imaginó ni lo imaginaría.
Pero Louis tenía razón y Maryere lo descubrió. Después de los intrigantes comentarios del nuevo socio, y su casi amigo, ella comenzó a indagar profundo en tantos papeles como nunca revisó.
El lavado de dinero era el menor de los problemas. Mucho del dinero que entraba a la empresa era por medio de estafas. Dinero de sin fin de empresas que ella sabía les habían jugado sucio, y ahora sabía quién fue. Su esposo.
—¿Qué es lo que harás? —preguntó Maryere a Louis después de confirmar que él lo sabía también.
—Es obvio, denunciarlo —dijo el pelirrojo—. No puedo verme implicado en algo tan turbio. Además, ¿qué