Capítulo 4. ¡Desnúdate Maya!

Maya caminó al altar por inercia, en más de una ocasión, tuvo ganas de salir corriendo, al pensar en ese viejo tocando su cuerpo, y ahora menos cuando conservaba en su piel, en su boca, el sabor y tacto de Eros, sin embargo, no podía echarse atrás, debía seguir adelante, estaba clara que el dinero lo era todo, era el combustible que movía al mundo, incluso desde lo sucedido… lo ponía por encima del amor.

Después de dar el sí en el altar, cuando Theo quitó el velo de su rostro, tuvo una sensación de que alguien la observaba, giró el rostro y vio a Eros, pero lo más sorpresivo fue escucharlo decir.

—¡No! Esto no puede ser verdad.

No pudo evitar la sorpresa inicial de verlo, sin embargo, al ver su actitud, tuvo miedo que dijera algo sobre su encuentro, una cosa era que su ahora marido hubiera sospechado que estuvo con alguien y otra muy distinta es que comprobara con quien estuvo, por eso tomó el ruedo de su vestido de novia y caminó hacia Eros, dejando a su ahora esposo en el altar.

—¿Qué haces aquí? ¿Quién te invito? —interrogó con una expresión de molestia.

El hombre se sonrió mirándola de pies a cabeza de manera despectiva.

—Tienes miedo que le diga a tu marido la clase de zorra que eres —pronunció en tono bajo, solo perceptible para ellos dos.

—¿Y a ti que te importa? Te dije que era solo una noche que íbamos a estar juntos, porque me iba a casar ¿En qué te afecta? ¿Por qué te metes en mi vida? —inquirió ella apretando los dientes con enojo.

—Dime algo ¿Por qué te casaste con él? No me vayas a decir que estás enamorada porque no te voy a creer —expresó el hombre mirándola con profundo desagrado.

—Tienes razón, no lo amo —respondió alzando su barbilla desafiante.

—Entonces ¿Te casaste por dinero? —preguntó mientras la miraba deseando en su interior que ella se negara, mas no fue así.

—Si fue por dinero, me casé porque… —antes de que ella pudiera agregar algo más, llegó Theo junto a ellos y les hizo una pregunta observándolos con curiosidad.

—¿Ustedes se conocen? 

La joven y el hombre se miraron con curiosidad, y respondieron al mismo tiempo.

—No —dijo Maya.

—Si —fue la respuesta de Arion.

Esas respuestas contradictorias hicieron sospechar a Theo y los miró con desconfianza.

—¡Genial! ¿Van a responderme con la verdad? ¿Se conocen o no? —interrogó y esta vez respondieron al mismo tiempo, pero cambiando la respuesta, ese hecho hizo enojar a Arion quien terminó diciendo la verdad.

—Si nos conocemos, la conocí anoche en su despedida de soltera, estaba totalmente derrapada, bailando con hombres desnudos y coqueteando con ellos como una zorra ¿Esta es la perra por la cual sustituiste a mi mamá? ¿Crees que ella está a la altura de una mujer tan excepcional como mi madre? Esta no es más que una trepadora, busca solo tu dinero, no creas que te ama, te va a montar los cuernos con cualquiera. ¿Acaso no te das cuenta de que puedes ser incluso hasta su abuelo? —expresó furioso.

Su padre lo tomó por el brazo, porque la gente se estaba aglomerando alrededor de ellos y entró al interior de la casa.

—Lamento que después de tantos años sigas siendo el mismo adolescente inmaduro, tu madre murió hace tiempo y yo soy aún un hombre joven, tengo derecho a ser feliz —expuso el hombre con convicción.

—Dime ¿Con una mujer mucho más joven que tú? Si tanto querías rehacer tu vida ¿Por qué no te buscaste una mujer de tu edad en vez de enredarte con una chiquilla que solo va tras de ti porque quiere tu dinero?

—No, yo no voy detrás de Theo, él viene tras de mí y si quiere tenerme a su lado, debe complacerme y darme todo lo que pido, dinero y poder, eso es todo lo que deseo —manifestó Maya con suficiencia.

—¡Eres una m*****a interesada! —exclamó Arion tomándola del brazo con fuerza.

—¡Suéltala! —ordenó su padre con fuerza—. No tienes derecho a tratarla de esa manera, por lo menos Maya no me está engañando, sé a qué atenerme con ella, solo quiere mi dinero y estoy dispuesto a darle todo lo que desee, a cambio que me haga compañía, quiero pasar los últimos años de mi vida a su lado, y eso debes respetarlo.

—Pues ¡No lo acepto papá! —cuando Maya escuchó llamarlo papá casi se cae de la impresión, su cuerpo comenzó a temblar, se tuvo que sostener del brazo de Theo.

Ese gesto fue malinterpretado por Arion, que lo vio como una forma de provocación de la chica, y como un acto de intimidad para demostrarle que su padre y ella eran cercanos.

En cambio, en su interior la chica se lamentaba «¡Dios! ¡No puede ser! De todos los maldit0s hombres del mundo me vine a acostar con el hijo de mi esposo, esto es un sueño, seguro que si me pellizco me despierto», pensó clavándose las uñas en la palma de su mano, a pesar de ello se mantuvo con las mismas escenas y supo que era la realidad.

Entretanto, padre e hijo seguían con la discusión.

—No eres quién para cuestionar mis actos, Maya es la mujer con quien quiero pasar el resto de mi vida, es una mujer joven que revitalizara cada fibra de mi cuerpo, necesito por una vez en la vida pensar en mí… yo la quiero tener y por tenerla pago lo que sea necesario —manifestó tajante.

—Pues, vas a tener que escoger, si quieres que regrese a tu lado, tendrás que echarla a ella, porque esa mujer y yo no podemos respirar el mismo aire —expuso con determinación. 

—Entonces he tomado mi decisión, la escojo a ella Arion, escojo a Maya Sinclair, porque es mi esposa, la mujer con quien de ahora en adelante formaré una familia… las puertas de esta casa están abiertas para que te vayas, aunque esta vez no volveré a llamarte, esta ha sido tu decisión egoísta una vez más, y quiero que sepas, no deseaba este resultado —habló el hombre con aparente indiferencia.

—Claro, te revolcaste con esta trepadora… debo reconocer que es muy buena en la cama y para alguien que no conozca a las de su clase puede sentirse deslumbrado por ella —pronunció con una expresión de maldad mientras Maya palidecía.

—¿Qué estás diciendo? —interrogó Theo sin ocultar la palidez en su rostro, Arion se sonreía con malicia.

—¿Acaso crees que la conocía de una conversación que entablamos? ¡Pues no papá! La vi en la discoteca en su despedida de soltera, se acercó a la barra, la invité a follar y aceptó y pasamos toda la noche haciéndolo, de todas las maneras habidas y por haber, no hubo hueco de su anatomía que no invadiera —emitió mirando con un semblante de satisfacción a los dos.

Entretanto Maya lo miraba con rabia, vergüenza. 

—Eres un maldito miserable, ¡Vete de aquí! Eres un ser egoísta, rastrero que solo se importa él mismo, eres un inmaduro —habló una molesta Maya.

—Y tú una furcia que andas revolcándote con todos a su paso Papá ¿Acaso crees que esa mujer es digna de entrar en esta casa, que fue de una dama como mi madre? A ella le negaste todo, mientras a tu put4 quieres ponerle el mundo a tus pies.

—Vete Arion, no quiero volver a verte más, a partir de hoy has muerto para mí.

—Y tú moriste para mí hace quince años, maldigo el momento en que acepté regresar, pero te juro que nunca más volverás a ver mi cara, quédate con la perra que escogiste.

El cuerpo de se Theo se tensó, sin decirle nada más a su hijo, tomó a Maya del brazo.

—Y en cuanto a ti ven conmigo, tenemos que hablar.

Maya se fue en silencio, a pesar de que su agarre le lastimaba, no dijo nada, y lo acompañó en silencio, cuando entraron a la habitación él la tiró en la cama.

—¡Desnúdate Maya! Quiero que me des lo que le has dado a mi hijo… ya con lo que acabo de escuchar, sé que no eres la chica inocente a quien tu padre tanto alababa… eres otra zorra más —como vio a la chica sin moverse, le repitió —. ¡Desnúdate te dije! Vas a acostarte conmigo por las buenas o por las malas y para ti es mejor que sea por las buenas, porque ya que quieres ansiosamente mi dinero te lo daré todo, a cambio de sex0. 

«La única ventaja de jugar con fuego es que tarde o temprano aprende uno a no quemarse». Oscar Wilde.

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