Y ella lo tomó suavemente del brazo y lo sacudió, porque la tenía encantada con su relato.
—¿Y luego?
—De allí me enamoré de ella, la empecé a cortejar, salía con ella, me reía, me divertía. Hasta que un día la llevé a mi fiesta de cumpleaños a conocer a mi familia, pero eso fue un error mi tío la