Ella tomó el teléfono de Conrado, le puso una música y le hizo una propuesta con picardía.
—¿Me puedes hacer un striptease?
—Lo que me pida mi mujer —pronunció con voz ronca y capturó sus labios, para luego succionar el inferior con fuerza, mientras ella se abrazaba a él como si fuera el ancla que n