Y ahora que había vuelto, que la tenía allí, y saber que estaba casada lo enloquecía.
—Ah, sí que con permiso, me llevo a mi esposa y a mi hijo —declaró Amador con seguridad.
Joaquín se sintió furioso con cada una de las palabras que pronunciaba, llegó un momento que no pudo soportar, se adelantó y