La mirada de Salomé se suavizó al escuchar las palabras de Conrado, se quedó boquiabierta. No podía creer que Conrado hubiera trabajado tan duro para crear este hermoso lugar. Se acercó a él, lo abrazó y lo besó apasionadamente.
—Me encanta. Es el mejor regalo que alguien me ha dado —dijo con lágrim