Los guardaespaldas los siguieron, pero se quedaron de pie afuera cuidando a su jefe, Raúl se quedó tomando y fumando en la mesa de la habitación en silencio, mientras que las otras mujeres que quedaban se acercaban a él.
Tiempo después la mujer asustada salió de una de la habitación. “¡Ayúdenme!”.
Los guardaespaldas entraron a la habitación donde estaba su jefe. al mirar la escena se asombraron.
El hombre estaba desmayado desnudo en la cama, ambas mujeres estaban medio vestidas, lloraban histéricas, el guardaespaldas se acercó a cubrirlo, examinarlo y tomar sus signos vitales, el otro las interrogó.
Una de ellas muy nerviosa les dijo. “Empezó a toser y parecía que se asfixiaba yo salí a pedir ayuda”.
La otra siguió la historia de su compañera. “No podía respirar, trate de despertarlo, pero él no reaccionaba”.
Los guardaespaldas llamaron una ambulancia, pero ya no fue necesario, Paul estaba muerto.
El señor Raúl seguía en el bar tomando su trago, la mujer que estaba en su regazo