Los despiadados hombres rusos.
También se escuchó en la habitación la vocecita de Aleksey decir.
— Papá, cómprame una pistola, si ese chef se pone loco le voy a disparar en las piernas para que no pueda correr detrás de nosotros.
— Los niños de ascendencia rusa no podían negar su origen. Los rusos se caracterizaban desde el pasado por ser despiadados y fríos.
— Aleksey, ¿Qué estás diciendo? ¡No puede hacer tal cosa a otra persona, es ilegal, además yo nunca te he enseñado tales cosas! Isabella regañaba a su hijo.
— ¿Entonces prefieres que un chef loco me atrape y me lleve lejos o me venda en el mercado negro? Prefieres a un chef que a mí? — Renegó el niño.
— No, yo... — Isabella no encontraba las palabras para aclarar ese punto. Entonces la voz de Sergey se escuchó.
— Siempre que esté en peligro su vida deben hacer lo que deben hacer, defenderla con todo lo que son sin importar que, ¿Entienden? Sin compasión, ni piedad contra los enemigos.
— Si papá, los trillizos defenderemos nuestra vida contra