La preparación de los niños Montana.
Los trillizos estaban siendo bañados por las niñeras, bajarían cambiados para comer con sus padres.
La hermosa Alina había sufrido tanto en el pasado que no pudo evitar dejar escapar lágrimas que le confortaban el alma.
Su tío la había vendido al CEO Montana a cambio de que invirtiera un enorme capital a la compañía Altamirano que había llevado a la ruina por sus malos manejos. Pero el CEO la amó y la adoró como a nadie, y ahora era muy feliz a su lado y con sus bellos hijos.
El astuto CEO que había sido el autor intelectual de que esas publicaciones salieran a la luz. Llamó a la mansión a su fiel mayordomo Benjamin para saber de su mujer.
— Dígame señor Montana ¿Qué puedo hacer por usted?
Del otro lado el millonario empresario enarcó una ceja, Su antiguo empleado cada vez se tomaba más confianzas o solo era su parecer.
— Benjamín, no digas que yo estoy llamando. ¿Quiero saber si mi esposa se encuentra bien o si la has visto algo extraña?
— Bueno... Me fue imposib