El CEO Rossi tiene una bella durmiente.
A la mansión Rossi arriba los enamorados esposos Rossi. ellos habían pasado todo el día fuera. Ismael había complacido a su mujer en todo lo que le pidió.
El empresario la llevó a una casa museo que estaba a las afueras de la ciudad. Griselda se preguntaba como es que viviendo en esta ciudad no conocía el bello lugar.
— Griselda mi amor, ¿Has pensado ya en el nombre para el bebé? Quedaste que elegirías uno y me lo harías saber. ¿Cariño...?
La pelirroja embarazada ya se había quedado dormida, había caminado mucho en la plaza comercial, ella estaba cansada y no pudo aguantar a llegar a casa para acostarse.
— Hmmm...
— Pero que... Ya me dejaste hablando solo, mujercita dormilona. Antes solías hablar hasta por los codos conmigo, solías contarme desde tu más temprana niñez, todo lo que hiciste en la secundaria y preparatoria, pero ahora te duermes en los paseos a mi lado. ¿Debería preocuparme de que te aburras conmigo? Ahhh... de verdad espero que no.
El CEO era realmente