Alexandrito acusa a su tío con Isabella.
Los trillizos de la chef y del CEO ruso, estaban asomados por el balcón, su padre había vuelto y eso los alegraba mucho, no querían perderlo de nuevo. Así que salieron de su habitación para ir a su encuentro.
Isabella ya estaba en la cocina preparando la cena, ella se ayudaba con la cocinera Pero le gustaba consentir a sus hijos con sus deliciosos platillos.
El asistente Enrique que había pedido el despacho prestado a la dueña de la casa para trabajar, fue quien abrió la puerta para que el CEO entrara.
— Pero que tardado es que te abran la puerta aquí.
El asistente se le quedó viendo más de la cuenta a su jefe. Algo no andaba bien.
— Pero... ¿Qué le sucedió, señor?
Los niños venían bajando las escaleras lo más aprisa que podían. Cuando los regañó su padre.
— No corran así, si caen se van a lastimar y será doloroso.
— ¡Papá, ya llegaste! Creí... Creí que... Habías regresado a ver a la abuela Katerina y que no nos habías invitado. — El pequeño Alexandro no se callaba