Dean buscando a su esposa he su hijo.
-Señora Rosa, que pena, yo no recordaba que su hija era viuda, de verdad discúlpeme, no vuelve a suceder.
Rosa esa noche no pudo dormir de la mejor manera, primero por el temor a que Dean volviera y después el miedo a que Zoé tuviese algo mal, porque no era normal que la dejaran internada en el hospital.
Al día siguiente, Zoé llamó a Rosa en la mañana para saber como estaban, pero Rosa no contestó, esta había ido antes de las siete de la mañana al hospital a ver a quien amaba como a su hija.
-Hola mi niña, dijo Rosa entrando a la habitación de Zoé con Daniel en brazos, vinimos a ver a mamá, decía Rosa riendo, ya te extrañábamos mi niña.
-Hola mamá Rosa, ven para darte un abrazo, que buenos días mas hermoso me han dado hoy, de verdad que por esto ha valido la pena esta noche tan distinta, dijo Zoé extendiendo los brazos a su hijo quien no dudó ni un segundo en sonreír y tomar los brazos de su madre.
-Buenos días señorita Zoé ¿cómo amaneció?
-Muy bien y usted doctor, he extrañado a esta