La noticia de la boda de Sienna Montenegro con Andrei Cartier se había extendido como pólvora. Era el tema de conversación en todos los círculos sociales y empresariales. La mujer que alguna vez había sido vista como una aspirante desesperada a convertirse en la señora Brith Cartier ahora se casaba con su hermano, Andrei. Pero lejos de ser un cuento de hadas, la boda estaba envuelta en un manto de críticas y controversias.
Las redes sociales estaban llenas de comentarios mordaces:
"¿Cómo puede alguien caer tan bajo por un apellido?"
"De Brith a Andrei… qué desesperación por ser una Cartier."
"Sienna Montenegro no tiene dignidad. Es capaz de cualquier cosa por poder."
Sin embargo, a Sienna no le importaban las críticas. Lo único que le importaba era asegurar su lugar como una Cartier y vengarse de quienes la habían humillado. Hoy era su gran día, y nada ni nadie iba a arruinarlo. O eso pensaba.
Mientras tanto, en las oficinas centrales de Cartier Corp., Brith Cartier estaba a punto de