—¿Qué te pasa? —Preguntó Dominik con él ceño fruncido—¿Por qué gritas así?
—La mataron, por mi culpa la mataron—Sollozo ella—La confundieron conmigo y por eso murió.
Es la primera vez que él escucha su voz, y a pesar de estar quebrada por el llanto le pareció tan suave como el terciopelo.
—Entonces, si puedes hablar—Suelta sus manos sin alejarse de ella y al notar el temblor de su cuerpo le dice—Fue una pesadilla, mejor cálmate.
—No fue un sueño, ella murió por mi culpa.
—Entonces olvídala, no sé de quién hablas, solo sé que no podemos hacer nada por los muertos, olvídate de ella y pasa la página.
—¿Cómo me pides algo así? —Lo miró con rencor—¿No tienes corazón?
—Claro que lo tengo, sirve para bombear sangre, no para guardar sentimientos inútiles... arrepentirte no te servirá de nada, no la vas a revivir con lágrimas.
—Eres un...
—Mucho cuidado con lo que vas a decir—La interrumpe, con una mirada intimidante, y se acercó tanto a ella, que la chica giró su rostro para evitar que sus labios se rozaran.
Al estar en esa posición, se percató del por qué ese hombre estaba en esa habitación a esas horas de la noche.
—¿Esa soy yo? —Inquiere sorprendida, al ver un lienzo junto a la cama, con el dibujo sin terminar de una mujer, durmiendo entre sábanas blancas, idénticas a las que la cubrían a ella.
—Si—Admite él, sin problema alguno—¿Te molesta que te utilice como inspiración?
—¿Tengo la opción de negarme?
—¿Tu qué crees? —Sonríe de forma desafiante—He decidido que, de ahora en adelante, serás mi musa, esa será tu forma de pagarme por todo lo que me debes—Toma un mechón de cabello de la chica, y gira levemente su cabeza mientras la mira con ojos penetrantes, detallando cada parte de su rostro.
—Se...—Traga en seco para poder seguir hablando—¿Te me podría quitar de encima?, me pone algo nerviosa.
Él se aleja, quedando sentado en el borde de la cama, y en la habitación se hace un silencio bastante intenso.
—¿Te gusta pintar?—Inquiere con inocencia, y él, responde con un gesto como diciendo ¿Tú qué crees?
—Ya no podré terminarlo—Se queja, poniéndose de pie.
—¿Por qué?
—¿No es obvio?, te dibujaba mientras dormías, y después de esa pesadilla, es muy poco probable que vuelvas a conciliar el sueño. Continuaré mañana.
—¿Te cuesta dormir por las noches?
—Por lo general no, solo cuando tengo una obra por terminar, y...—Deja una ceja erguida—Ya sé que puedes hablar, sin embargo, no recuerdo haber dicho que podías tutearme—Su expresión se vuelve seria—De ahora en adelante trátame de usted.
Ella asiente con la cabeza, y él se marcha sin decir más, dejando sus cosas en la habitación, el lienzo, la pintura, los pinceles y Nas, se levanta curiosa, para detallar de cerca aquello.
Se sintió extraña, por una parte, le resulta escalofriante saber que alguien la observa mientras duerme, y por otra, aquella pintura le parecía tan hermosa, tan realista.
No hay duda de que el hombre sabe capturar cada detalle con sus pinceladas. Resulta difícil de creer que alguien con un aura tan oscura, y con un aspecto tan serio e intimidante logre hacer cosas tan delicadas con sus manos.
A su memoria llegó aquel instante en el que sucedió el intercambio, ella pensó que había sido entregada a un narcotraficante, y al parecer estaba equivocada.
—A esto era lo que se refería cuando hablaba de su obra de arte—Se dice Nastacy así misma, y al llegar a esa conclusión sintió algo de paz en su interior. Después de todo el hombre no debe ser tan malo, si lo que haces vender sus pinturas, quizás cayó en buenas manos, incluso podría tratarse de una persona reconocida en el mundo artístico.
Aunque pensando mejor las cosas, no es buena idea idealizarlo, no puede tratarse de una buena persona si se la pasa con desgraciados como él que la entregó a ella. Además de que es bastante evidente que tiene un lado oscuro.
"No debes entregar tu confianza con facilidad, siempre espera lo peor de la gente, por lo general aciertas, si piensas así"
Las frases de su padre siempre han sido acertadas. El único día que ha bajado la guardia fue aquella noche en la discoteca, y por ese error, ha perdido por completo su vida.
Recordar, hizo qué la joven volviera a sentir un bajón emocional, y debió tomar asiento en el borde de la cama, pues las piernas le fallaron por aquel sueño que tuvo, o mejor dicho, al recordar aquel momento vivido, aquel trauma que la dejará marcada para siempre.
Desde ese instante supo que no podría volver a casa, ¿Con qué cara vería a su familia?, ¿Cómo podría explicarles que su prima murió por su culpa?, por haber tomado su lugar.
—Ahora ésta es tu vida Nastacy—Se dice así misma en tercera persona—No solo Rachel murió ese día, tú también lo hiciste...
Dominik estaba en lo cierto, la joven no logró conciliar el sueño en lo que restaba de la noche, pero el desvelo le ayudo a ver la realidad, o, mejor dicho, su verdad. Ella no quería estar en ese lugar, no importa cuánto se repitiese que debía aceptar su "nueva vida", no lo quería, lo único que deseaba era volver a casa, volver con sus padres, contar su historia tal cual ocurrió.La pregunta es, ¿Como?, salir de este edificio resulta más difícil de lo que parecía escapar de Petrov, aquí hay hombres vigilando por todas partes.—Tendré que idear un plan—Se dice a sí misma en voz alta—y lo primero que debo hacer es ganarme la confianza de Dominik.Y mientras camina de un lado a otro por la habitación, la puerta fue abierta sin ningún anuncio previo.—Tu debes ser el nuevo juguete de mi egocéntrico hermano—Comenta un chico, apenas la ve.Se trata de Damián, el hermano menor de Dominik y con quién comparte cierto parecido, al menos externo. Un joven muy guapo, extrovertido, quien emana un
Una semana ha pasado desde que Nastacy fue entregada en intercambio. Su vida se ha vuelto tan repetitiva, que parece que vive en un bucle del tiempo. Se levanta, se asea, desayuna la comida que le trae la señora de servicio, después lee un libro hasta que llega la hora del almuerzo, y pasado el mediodía, posa para que Dominik pinte sus cuadros.En este momento se encuentra sentada, con las piernas cruzadas y sus manos reposando sobre ellas mientras observa fijamente al hombre que le indicó que adquiriera esa posición.Lleva media hora sin poder moverse, ya que él, nuevamente está utilizando su imagen para crear una pintura.Nas aprovecha el momento para detallarlo, se ve tan concentrado cuando pinta, su mirada se pierde entre el lienzo y los colores, tal como si en su mente, estuviese entrando en la obra que está por crear. Y mantuvo la misma expresión, hasta que de la nada, cambio a una muy sería, al parecer hay algo que ha empezado a molestarle.—¡No me sirve!—Exclama en tono frustr
—¡Me volveré loca!—asegura Nas, debido a que lleva tres días, sin hablar con absolutamente nadie. Después de aquel incidente con Dominik, él no había vuelto a la habitación, y no ha visto a nadie más que a la chica de servicio quien simplemente le deja el plato de comida y se marcha sin decir palabra alguna, como si estuviese alimentando un animal.La joven se levanta e intenta mover una cortina para abrir una de las ventanas, pero detuvo sus manos porque fue la puerta de la habitación la que fue abierta.—Tengo ganas de pintar—dice el peli negro—Hoy estoy de humor. No se toma la amabilidad de saludar, aunque nunca lo hace, por eso a ella no le parece extraño.—¿Necesita que me cambie la ropa?—trae puesto un vestido blanco que da hasta la rodilla, de escote corazón y ajustado en la cintura.La mira de arriba a abajo, y niega con la cabeza.—¿Y que hago?, ¿me quedo de pie o tomo asiento?—Eso es lo que aún no se—Se lleva una mano a la barbilla con un gesto pensativo—No me decido que
Alguien toca la puerta, de seguro es que traen la comida, tan puntual como siempre. —Adelante—dice Nas, y una señora se asoma para informarle que el jefe ha indicado que se presente en el comedor.Ella la mira atónita, y un tanto nerviosa le pregunta ¿dónde queda el comedor?, puesto que es la primera vez que saldría de esa habitación desde que llegó al edificio. Una vez informada, lo duda bastante, no sabe que le espera fuera de esas cuatro paredes, y al caer en cuenta, se llenó de valor porque recordó su plan de querer escapar de ese lugar, y para eso, necesita conocerlo mejor.Apenas sale de su habitación, se percata del hombre que se encuentra a dos metros de distancia, no tenía idea de que uno de los hombres de Dominik custodiaba su puerta. Eso complica mucho sus planes.Llega al comedor, y ya los hermanos se encontraban sentados.—Pensé que no vendrías nunca—Dice el peli negro, algo irritado.—Nas, es un gusto verte—Menciona Damián en un tono amistoso, y ella curva sus labios
—No entiendo por qué acepté venir contigo a éste lugar!—Le grita Nastacy a Rachel, cerca del oído—¡La música está demasiado alta!—¡Boba, es una discoteca, ese es el volumen adecuado!—Responde su prima—¡Vamos a beber hasta perder el conocimiento!—¡Voy a quedar sorda!, ¡Y recuerda que la academia nos tiene prohibido ingerir alcohol!Se le acerca y le pregunta al oído—¿Ves a alguien de la academia por aquí?, pues no, así que ¡relájate!, no todos los días se está de cumpleaños, ¡Vinimos a celebrar, a divertirnos!—La empuja por los hombros para acercarla a la barra y le insiste para que tome un trago de vodka.Como era el cumpleaños número veinte de Rachel, la morena convenció a su prima para celebrar en una discoteca, únicamente ellas dos, aunque su verdadera intención, era encontrar a un chico guapo para llevarlo a casa y que la noche terminara con broche de oro. Mientras transcurre el tiempo, y luego de un par de tragos, Nastacy empieza a relajarse, ya no se siente tan tensa, incluso
—¿Cuánto tiempo falta para llegar al jodido lugar? —Le pregunta Dominik a su chofer, mientras observa el reloj en su muñeca—Tengo una reunión de negocios en una hora.—Un par de minutos jefe, ya casi llegamos.Deja salir un suspiro nasal.—Al imbécil de Petrov, le fascina hacerme perder el tiempo.—Ya llegamos—Le informa el chofer.Dominik arregla su corbata y se colocó unos lentes oscuros antes de bajarse del auto. Camina unos cuantos pasos y es seguido por diez de sus guardaespaldas, quienes venían en otros autos, justo detrás del de él.“¿Qué es este basurero?” —Pensó el pelinegro torciendo los labios, al ver el lugar al que Petrov lo había citado.Era un galpón antiguo, a simple vista abandonado, excepto por los dos hombres que estaban parados junto a la oxidada puerta. —El señor Dominik está aquí—Informa uno de ellos, tocando un auricular en su oreja, y a los pocos segundos dice—El jefe ha dicho que pasen—Empuja la puerta con una sola mano.—Espero que no me hayas hecho perder e
Se suben a los autos tal como él lo indicó, y mientras avanzaban, Nastacy miraba al hombre por el rabillo del ojo.Él se quita los lentes oscuros, y al notarlo, ella gira su rostro para detallarlo ahora sin nada de disimulo. Siente su mirada encima y también voltea para contemplarse el uno al otro sin sonreír.A pesar de que no fueron miradas furtivas, tampoco denotaron una pizca de interés, eran miradas y ya, nadie podría definir que es lo que intenta descifrar él, en ella, ni que es lo que espera ella, de él, y de aquel intercambio…Dominik es de piel blanca, casi pálida, pómulos y mandíbula marcados, cejas con algo de espesor y un cabello negro tan oscuro como sus ojos. Le resultó tan atractivo y a la vez inquietante tanta perfección, alguien tan guapo y que este metido en ese tipo de negocios sucios, no puede estar nada bien de la cabeza.Lo escanea con un vistazo rápido y nota que va vestido elegante, para ella es obvio que tiene mucho dinero, lo que hizo que una de las frases de
Los autos se detuvieron en el estacionamiento de un lujoso edificio.Dominik al bajar le indicó a Marcus que llevara a la chica al piso tres, habitación dos, y este últimos sigue sus órdenes de inmediato.Entraron al lugar y se dirigieron hacia el ascensor, hasta detenerse en el tercer piso.Salieron y mientras iban caminando, la joven miraba hacia todas partes. Cada cosa a su alrededor era lujosa, y había tantos adornos como si de un museo se tratase, además todo estaba tan meticulosamente limpio, que podías ver tu reflejo en cada superficie.—Esta será tu habitación—Le indica el hombre abriendo una puerta—Quédate aquí hasta que el jefe te lo indique, ahí encontrarás ropa y productos de aseo personal. Cuando llegue la hora de la comida, te la traerán hasta aquí. ¿Comprendes todo lo que acabo de decir?—Ella se limita a asentir con la cabeza—Aquí solo hay tres reglas que debes saber: una, no le colmes la paciencia al jefe, es poco tolerante. Dos, no intentes escapar o habrá consecuenci