Alejandra se quedó sentada en silencio, Pero el CEO podía escuchar su respiración y los sollozos, el hombre sabía que enterarse que su propio tío la había entregado a cambio de saldar una cuenta, le había dolido mucho
— Es hora de tomar los alimentos, vamos al comedor, Emill debe estar esperándonos — la voz del CEO interrumpió los pensamientos de Ale
— En realidad no tengo mucho apetito, preferiría ir a mi habitación
— Yo preferiría haberme hecho la cirugía hoy, pero tampoco va a poder ser, así que mueve el trasero para el comedor
— ¿Siempre tiene que ser tan gruñón? aquí no lo dejan a uno estar triste a gusto
— No estás de vacaciones, y mi palabra es ley aquí y fuera de estás paredes, andando que no me gusta repetirme
En el comedor, Emill, se negaba a tomar la sopa, tenía los bracitos cruzados
— ¿Qué pasa, Emill? no has tocado tu comida — Ale, se acercó a preguntar
— Quiero que mamá y papá, coman conmigo, ya tengo padres, ahora deben acompañar a comer al pequeño Emill, ¿cierto?
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