Al día siguiente por la tarde, ya Drago y Andrés se miraban de la mansión Black, los primos estaban acordando hacer pijamadas pronto para no extrañarse tanto, se habían acostumbrado a hacer todo juntos después de la escuela, tareas, juegos y cenar todos juntos
— Alessandro, acepta este cheque por todas las molestias que les hemos dado, es lo menos que podemos hacer para agradecerles — Drago extendió la mano hacia su cuñado
— No me ofendas así, ¿acaso me consideras tan miserable?
— Acéptalo, Alessandro, y también el mío, no quiero que se vaya a decir que vivimos a tus costillas cuando llegamos aquí — Andrés también tenía un cheque listo
— No voy a aceptar nada, fue toda una experiencia vivir bajo el mismo techo que tantos niños, llanto por aquí, berrinches por allá, en verdad fue una de las mejores experiencias, y para mis hijos también, ya no digo de Dariana, mi mujer se sintió acompañada y en familia con ustedes aquí, me ayudaron a hacer el proceso de mudarnos a otro país,