El blanco rostro de Evelyn, tenía las mejillas ligeramente sonrojadas, con la presencia de sus dos reyes cerca de ella, estaba mucho mejor de salud, había podido levantarse de la cama y bajar a desayunar
— El bebé cachorro tiene mucha hambre, ¿me comparten un poco?
— ¡Cuñada, mírate nada más que bien te ves, ven aquí, déjame darte un abrazo! — Drako, se puso de pié y abrazó efusivamente a Evy, después le siguieron Alexander y Angelo
— Lobo, dile a tus hermanos que no me gusta que toquen a mi reina, ella no debe ser tocada por otras criaturas — Luciano, estaba molesto
— Y dices que el salvaje soy yo, ¿eh? no seas tan posesivo, vampiro, somos familia, ellos son sus cuñados
— Eso no me importa, controlalos, Evelyn, cariño, ven a come, no has probado bocado desde ayer, eso no es bueno para tu salud
— Luna, ven siéntate, te ves radiante esta mañana, tan hermosa — El Alfa, miraba a su luna con mucho amor
— Gracias, gracias por estar aquí Damiano, significa mucho para mí