Y un día, de repente, la morocha no apareció más. Ya no pasaba por Gregory, ni venía a la casa. Pero quien si comenzó a presentarse, y bastante seguido, era Hugo; Adele ya no tenía que mantener el secreto ni necesitaba esconderse y por fin podía volver a ver a sus amigos. Recobró algo de sus cosas y también la tranquilidad.
- Déjame presentártelo, Adele ¿qué te cuesta? Es guapo, está en tercero y es soltero. Me aseguré de averiguarlo -
- No, Hugo ¿para qué? -
- Para que no te pases el tiempo aquí encerrada con estos dos abuelos. Salgamos y lo conoces, es amigo de una amiga -
- Gregory no es un abuelo -
- No, pero se comporta como uno -
- Trabaja mucho, eso es todo -
- Bueno, pero no estamos hablando de él, sino del amigo de mi amiga -
- ¿Tiene nombre por lo menos? -
- Eric… Vamos, querida, solo una vez. Harán una fiesta, van a ir todos. Me estuvieron preguntando por ti… -
Hugo quería sacarla, como lo hacía siempre que ella se metía en su ostra. No entendía como alguien joven