En medio de una tormenta de nieve en un país extranjero, Charity permaneció en silencio durante dos minutos. Finalmente, dejó escapar un largo suspiro. “Olvídalo”.

“¿Que lo olvide?”. Catherine se sorprendió.

“No tengo novio ni esposo. Solo estoy gastando dinero para comprar un esperma desconocido”. Charity volteó la cabeza y miró hacia Catherine con expresión seria. “La identidad del padre del bebé no es importante, y a mí me da igual”.

Catherine la miró durante un rato, aturdida. Parecía entender lo que Charity quería decir, pero no del todo al mismo tiempo.

“Entonces… ¿no te importa incluso si el hijo es de Chester?”.

Charity se metió una mano en el bolsillo y sujetó un paraguas con la otra. “Si tiene intención de cambiar el esperma, ¿crees que puedo evitarlo cambiando de hospital?”.

Catherine se quedó sorprendida, pero eso tenía sentido.

Solía haber una clasificación de médicos en Australia, y recordaba haber visto el nombre de Chester en la parte superior. Había escuchado qu