Ignacio besaba cada vez y cuando la mejilla de su chica. Los dos cantaban embelesados con el otro, entonces llegaron al estribillo.
El joven Grimaldi cantó su parte:
—Te envío poemas de mi puño y letra —Miró a los ojos a su novia.
—Te envío canciones de 4.40 —prosiguió la chica con su aterciopelada voz.
—Te envío las fotos cenando en Marbella. —Suspiró y sonrió él.
—Y cuando estuvimos por Venezuela —añadió Laura.
—Y así me recuerdes y tengas presente —continuó el joven Grimaldi, entonces juntos cantaron.
—Que mi corazón está colgando en tus manos…
Ignacio la besó al finalizar la melodía, y ell