Capítulo XII: Último paso a.
Dean despertó en una habitación de hospital donde se encontraba postrado en una camilla, al frente suyo había una bandera de Sudáfrica, una doctora y un doctor viendo unas placas craneales, Dean empezó a murmurar mientras que estiraba la boca y los ojos reaccionando.
—Despertó —informo el doctor a la doctora—busca a Franckest y dile que el chico despertó.
La doctora salió de la habitación y cerró la puerta.
Dean atontado por los analgésicos y estupefacientes murmuraba con su voz débil y moviendo la cabeza de un lado a otro.
—¿Dónde estoy? ¿Qué es esto? —Dean miraba sus piernas y su brazo izquierdo y luego el derecho donde tenía una vía por donde le suministraban medicamentos.
El doctor se le acerco rápidamente, de su bata saco una pequeña linterna y empiezo a alumbrarle los ojos:
—¿Recuerdas tu nombre muchacho?
—¿Qué? —Preguntaba Dean aturdido por la luz.
—¡Tu nombre