Un día caluroso en Hawaii, el grupo de amigos decidió ir a los puestos pequeños que había en una calle famosa de la ciudad, dónde vendían artesanías y había pequeños puestos de comida y bebidas refrescantes.
Ésta vez fue Octavia quien se adelantó y pidió dos jeeps alquilados en el complejo para que pudieran ir más cómodos y en el caso de que compraran varias cosas poderlas transportarlas con facilidad.
Pasó una semana desde aquella noche en la piscina, después de eso Charlotte se había prometido relajarse un poco más y luego pensar en regresar a casa y solucionar el asunto.
—¿Te gustan las frutillas? —pregunta Octavia con una sonrisa mientras caminan por allí
—Si, las he probado ¿Hay frutillas aquí?
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