Capítulo 17.
El Alfa puma tomaba tranquilamente de la mano a la señora mayor mientras ella con la otra manejaba. De vez en cuando bajaba el vidrio y abandonaba el volante para gritar obscenidades a los otros conductores que iban a, y cito, "velocidad de abuela".
Yo miré de reojo a Duncan. Él tampoco parecía perturbado por la conducta agresiva de la señora, por su vocabulario o por casi salirnos de la carretera.
¿Cómo es que había terminado aquí?
No tengo idea. La señora me dió la mano para saludar y de pronto ya estaba aquí.
Todo pasó muy rápido.
-Entonces, querida Lilian, ¿Cómo has estado y por qué te encuentras en medio del bosque con mi nieto? - Preguntó de buen humor.
Me aclaré la garganta.
-Fuimos a ver al Alfa oso de la región y Duncan necesitaba un aventón a casa. Cómo ya le he dicho cuando me negué cortésmente a su oferta de un viaje rápido, yo puedo transformarme y regresar a casa.
-Tonterías, pequeña. ¿Para qué correr cuando puedes ir cómodamente en la parte trasera de un