Dulce Venganza
Dulce Venganza
Por: Kass
Capítulo 01

Creció con la bonita idea de que el día más feliz de una mujer es el día de su boda pero para esa joven ilusionada ese día se había convertido en una completa pesadilla. Se encontraba en la segunda planta de la casa de sus futuros suegros,la ansiedad se apretaba en su interior haciéndola sentir que el aire desaparecía de vez en cuando de sus pulmones,su vida había cambiado en tan solo un parpadeo que la asustaba de sobremanera,su precioso futuro se venía cuesta abajo y la vida perfecta que tanto se había esforzado en planear se hacía añicos justo frente a sus ojos.

Extrañaba a sus padres,si ellos aún estuvieran a su lado jamás permitirían que fuese utilizada de esa forma,como una herramienta,una bolsa que al abrirla pueden obtener lo que sea. Ahora se encontraba en esa situación gracias a sus abuelos,la estaban obligando a contraer matrimonio con un completo desconocido y ella no tenía más remedio que obedecer,no podía creer la forma en la que todo había sucedido pero ya no había vuelta atrás.

—Si tan sólo mamá y papá estuvieran aquí,todo sería diferente—observó el anillo de compromiso en su dedo maldiciendo por lo bajo—Solo piensa en la libertad que tendrás después de esto,solo piensa en eso.

La joven dejó ir un suspiro para volver su vista al enorme ventanal.Sus perfectos planes de vida se habían arruinado con ese compromiso que sacaron de la noche a la mañana, y odiaba no poder hacer nada al respecto,todo se estaba yendo por la borda justo a nada de su tan esperada graduación.

—Dos meses para graduarme y en lugar de estar planeando un grandioso viaje a las islas estoy aquí por casarme con sabe Dios quién—susurra casi llorando de rabia.

Por la puerta entra una bella mujer que no aparenta para nada sus sesenta y seis años de edad,se sienta junto a la novia y le habla de manera fría.

—Tienes que obedecer todo lo que tu esposo diga y no seas irrespetuosa con tus suegros—Layla asintió sin decir palabra.

Después de la muerte de sus padres nadie le prestó atención en su familia,eran un montón de adultos que gastaban dinero sin pensar por lo cual no le extrañaba a la chica que estuvieran en banca rota y como hasta el día de hoy cuando Layla era pequeña no existía en aquella casa,había crecido sola,sin ningún apoyo que la guiara lo que la llevó a hundirse en libros y a estudiar día y noche.

Pero gracias a ello tenía doble titulación y un posgrado de lo que estaba más que orgullosa,aunque su familia pensara que ella era una simple y ordinaria chica en realidad Layla era mucho más lista de lo que imaginaban.

—Recuerda la razón por la que estás haciendo esto—los ojos oscuros de su abuela la miraban fijamente.

—sí señora—la muchacha no levantaba la mirada,Layla no podía creer que estuviera pasando por tales cosas.

—Coloca bien tu velo y ve bajando que ya es hora—la mujer cubrió el bello rostro de la hermosa mujer y sonrió de oreja a oreja.

—Aquí vamos—pensó mientras bajaba los escalones directo a su nueva vida.

Era la primera vez que lo veía pero su rostro le parecía familiar,creía haberlo visto en alguna parte antes,tal vez en alguna cena o banquete que preparaba su abuelo cuando ella era más joven,pero no estaba segura,lo que sí le llamó la atención fueron esos ojos brillantes mirándola con frialdad,jamás en su vida había visto ojos más fríos que esos.

—¿Tal vez es solo ese frío color azul?—tratando de convencerse a si misma que el problema no era con ella,pues no se conocían.

Su atención fue llamada por el sacerdote que aguardaba respuestas de ambos jóvenes,Henry parecía estar algo distraído y ella no dejaba de temblar,admitía morir de miedo por el futuro que la espera después del "Sí,acepto".

Era la primera vez que ambos se encontraban,la primera vez en verse y era en el altar a punto de ser esposos,compartir toda una vida con un ser desconocido los hacia a ambos querer correr dejando todo atrás.

Ambos se pusieron uno frente a otro y siguieron las instrucciones del señor cura,tomaron sus manos y repitieron las palabras que el hombre decía.

Henry comenzó.

—Yo,Henry Harper,te recibo a ti,Layla Miller, como esposa y me entrego a ti y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida—el anillo dorado es colocado en el dedo anular de la rubia.

Tragando con dificultad Layla habló.

—Yo,Layla Miller, te recibo a ti, Henry Harper, como esposo y me entrego a ti y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.—ahora el otro anillo fue colocado en el dedo del contrario.

—Por el poder que se me a otorgado,los declaro marido y mujer—el sacerdote sonrió.—Pueden besarse—Layla quedó helada en su lugar.

Henry se acercó a ella con lentitud levantando el velo que la cubría,el chico aceptó la belleza de la mujer frente a él,piel pálida que conbinan a la perfección con sus ojos negros,cabello color oro y mejillas rosas.

Henry se acercó más al rostro contrario sintiendo el suave aliento de la joven que ahora era su esposa,tomó a la chica de ambas mejillas y sus labios se unieron en un beso suave.

Layla pareció volver al pasado, allá cuando sus rosados labios fueron besados por primera vez una tarde de otoño y el tono rojizo de sus mejillas no era debido al frío,ahora recordaba porque ese rostro se le hacía tan familiar.

Después de diez largos años,se volvían a encontrar y Layla creía que el destino era el que estaba uniendo sus caminos nuevamente.

Creyó que al abrir los ojos después de ese beso Henry también recordaría quien era ella,lo que habían vívido juntos,pero no podía estar más equivocada.

—No olvides tu lugar,no eres más que una muñeca,una simple herramienta para tener a mi hijo—susurra y Layla con tristeza comprendió que no quedaba nada de ese niño que alguna vez conoció.

Para él solo soy un objeto que le hace más fácil lidiar con su familia.

La castaña deja ir un suspiro y observa como su esposo se aleja en cuanto los demás invitados creyentes de un amor inexistente comienzan a ir hacia la recepción,la gran fiesta recién comenzaba y todos con elegancia bebían de sus copas con tranquilidad.

En cuanto a Layla,su esposo la había dejado para irse sabe quién a donde y tenía que lidiar con las personas que se acercaban a ella para preguntar tonterias que la joven preferiría ignorar,pero no tenía otra opción más que sonreír.

Se sentó en la mesa,sola.

Bebió champagne,sola.

Y juraba por lo bajo vengarse de su esposo en algún momento.

—Maldito idiota—susurra.

Layla estaba cansada y eso que recién comenzaba todo,la hora de bailar los novios estaba cerca y Henry no tenía pensado aparecer,a veces la castaña creía que él mundo estaba en su contra,que en su vida pasada luchó contra un Ángel o hizo el mal directo,su vida estaba dando un giro completamente diferente a lo que tanto deseaba.

Nerviosa frotó sus manos en su blanco vestido,temerosa de lo que fuera a pasar en solo unos minutos,quedaría en ridículo cuando los llamen a bailar el vals y solamente ella se presente en la pista de baile.

¿O su esposo aparecería dando una sorpresa planeada por su familia para hacer la boda más interesante?

Layla no sabía pero deseaba que el hombre apareciera de alguna forma,estaba asustada de estar ahí sola.

—Y aunque no seas la mejor de las opciones,aunque a partir de hoy nos odiemos él uno al otro,no quiero estar haciendo el ridículo sola.

Pero nada pasó,Henry no estaba a su lado.

Las temidas palabras se oyeron por el micrófono,la joven se paró de su lugar por instinto,en un principio pensó en ocultarse debajo de la mesa,tal vez nadie se daría cuenta de su desaparición,pero le fue imposible,no podía hacer eso.

—Ahora es momento del baile de los novios.

Suspira caminando hasta la pista de baile,sola.

—Dios ¿qué mal hice para merecer esto?

Todo se encontraba en silencio,solo se escuchaba el sonido de sus tacones en el suelo,su vestido blanco arrastraba en su parte trasera y sus mejillas eran de un tono carmesí que llamaban la atención de todos a su alrededor.

Layla deseaba estar lejos de ese lugar,solo quería volver el tiempo atrás y abrazar a sus padres,sentir el calor de unos brazos rodear su cuerpo con cariño y sentarse a leer un libro debajo de un árbol en el jardín de su casa.

Miraba el suelo perdida en su pensamiento cuando escuchó la voz de alguien llamando por su atención,un desconocido se paró frente a ella ofreciéndole su mano.

—¿Aceptas bailar conmigo?—y aceptó,se había casado con un desconocido que más daba bailar con otro.

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