No había nada en mis manos ni en el único pie descubierto por la sábana, que volví a cubrir. Rodeé la cama y toqué el sedoso cabello que descansaba sobre la almohada. Y entonces me encontré con otra cicatriz, en la nuca, rojiza, de unos diez centímetros de diámetro. Era una quemadura. Y no sabría decir si le bajaba por la espalda o sólo por esa zona.
Di un paso atrás, estupefacto.
No necesitas marcarla, Gabe. Ya tiene suficientes cicatrices. Sólo necesitas su alma. Y por lo que parece, eso va a ser muy difícil de conseguir. ¿Por cuántas cosas debe haber pasado Olivia? Mi furia, mi ira y mis palabras nunca llegarían a ella... Porque ya la habían golpeado mucho peor. Y hasta tenía miedo de saber cómo.
En un impulso, le toqué la nuca, acariciando la cicatriz. El más leve roce bastó para despertarla. También me sobresaltó la forma en que se había despertado, y me quedé sin saber qué hacer, con la mano aún levantada, sin tiempo para ocultar que la estaba tocando.
POV OLÍVIA
Cuando vi sus o