La noche llegó, y con ella Marissa y David. Al ver a Diana, Marissa corrió a ella y la abrazó. Ya Diana estaba más tranquila, pues el parte médico era favorable, pero, de todos modos, al contar otra vez lo ocurrido, no pudo evitar llorar.
A David le permitieron entrar y ver a Daniel, aunque éste no despertó, y tampoco se enteró de que alguien lo visitaba. David salió de allí bastante furioso por ver a su amigo en ese estado, y de inmediato se reunió con Hugh, Maurice, y Stephen para hablar de las sospechas de todos: Esteban.
—¿No has hablado con él? –le preguntó Marissa a Diana refiriéndose a Daniel. Diana negó.
—No ha despertado. De vez en cuando sostiene mi mano, pero no ha abierto los ojos.
—Tal vez sea normal. ¿Qué te dicen los médicos?
—Que se recuperará…