[DANA]

No quería escucharlo, no quería verlo porque sabía que a él ni podría mentirle, porque sabía que tenerlo enfrente sería tocar el tema al que tanto le había huido, y ahora estamos aquí, haciendo lo que quizá sería lo más doloroso que hemos hecho en nuestras vidas...

Despedirnos de nuestro bebé.

Daniel se acerca y seca mis lágrimas, deja una caricia en mis brazos y se inclina hacia mí.

Sin pensarlo más, me dejo rodear por sus brazos fuertes y cálidos, los cuales le han brindado a mi alma un respiro más, un descanso a tanto sufrimiento.

—Quería esto... lo deseaba tanto, que ahora me parece mentira —digo para mí, o bien podría ser para él.

—Te envié miles de besos, millones de abrazos y mi corazón en un sueño. ¿No lo viste?—

Río y alejo mi rostro de su hombro, acaricio su pecho y dejo un beso sobre el lado donde se encuentra su corazón.

—Seguramente fue en aquel en el que soñé que te convertías en sapo y...

—¿Me besabas?

—No, te comía una pitón. —Ríe. Nos quedamos un tiempo callado