—Por la diosa te amo con todo mi ser— dice y yo me inclino para besarlo. Él responde rápidamente y sus manos van por mi espalda y mi cabello.
—Estás helada, mi mate… mi preciosa Carmen —dice preocupado, mientras sus manos van quemando por donde pasan.
—Te sientes tan cálido —digo yo, pegada a su cue