—Oh... es lo que Julia colocó en mi equipaje y, como dijiste, que íbamos a un lago...—
—Sí, claro, Julia quiere matarme de un infarto... —susurró él.
—¿Cómo?—
—No, nada, mi mate. Mejor es que te coloques algo un poco más abrigado —dijo.
—Está bien…— y volví al baño.
Me pareció haberlo escuchado qu