Cuando Falcón regresa a la habitación me encuentra hecha un mar de lágrimas. Soy un completo desastre tembloroso. De inmediato se da cuenta del aparato en mi mano y corre a abrazarme.
Me dejo hacer, no tengo fuerzas para nada, no puedo parar de llorar.
—¡Todo ha sido por mi culpa! —grito enfurecida—Ella debía estar a salvo, se suponía que estuviera a salvo, lejos de toda esta mierda…
—No es tu culpa Val —intenta persuadirme.
—Por supuesto que lo es. Lou no tiene nada que ver en todo esto y ahora está allí, en manos de esta manga de desgraciados…
—Ya puse al tanto a Ferreyra, la búsqueda está en marcha. Vamos a encontrarla.
—¿Cómo al Gitano? Por favor… sabes que nada de eso va a pasar.
—Vamos a recuperar a Lourdes, todo va a estar bien. Y cuando vuelva, yo mismo la voy a