Cuando llegamos a casa me voy directo a la cama, estoy realmente dolorida y cansada. El sueño me vence, me duermo sin darme cuenta.
Las voces a lo lejos me advierten que no estamos solos. Apenas puedo distinguir la discusión que se lleva a cabo en la sala. Me pongo de pie con dificultad y sujetándome de las paredes salgo del dormitorio.
—No puede volver a hacerlo Falcón. Tenemos mucho en juego. —advierte Ferreyra enojado.
—Lo sé, pero trata de entender… —explica Ignacio con calma.
—¿Qué sucede? —pregunto uniéndome a ellos.
—Valeria… —suspira el fiscal—¿por qué escapaste del hospital?
—Necesitaba hacer algo.
—Sí, Ignacio ya me puso al tanto. Estoy haciendo todo lo que está a mi alcance para encontrar a tu amiga, pero debes cooperar. Escapar no ayuda, no en este momento.