"¿Jack, te has olvidado de nuestra conversación? ¿O acaso creíste que estaba bromeando?" Preguntó Trevor con una sonrisa burlona, arrastrando una silla con violencia hasta sentarse.
Con una arrogancia desmedida, cruzó las piernas sobre la mesa del comedor, haciendo que la vajilla temblara con un ruido ensordecedor.
Jack sintió un nudo en la garganta, su miedo crecía con cada segundo. Abraham, aunque reservado, conocía la siniestra reputación de Trevor: un hombre capaz de cometer crímenes atroces sin tener que enfrentar consecuencias legales, por lo que el rostro del anciano palideció, luego carraspeó con nerviosismo.
"Señor Trevor, por favor díganos, ¿mi nieto ha hecho algo que lo ofendiera?"
La burla de Trevor se profundizó, su expresión oscureció aún más. "Jack me debe mil millones de dólares, y todavía no me ha pagado."
¡¿Qué?!
¡¿Mil millones de dólares?!
"¡Eso es imposible!" Los ojos del abuelo Abraham se abrieron por la incredulidad.
No siquiera sumando los bienes de toda la