Por Gonzalo

Pasaron unos días y estando en otra clínica, recibí un llamado de Kevin, que Aby iba a la clínica con Teresa, que había tenido un preinfarto y según Aby, Teresa estaba mal.

Llamé a mi padre mientras me dirigía a la clínica.

En el camino me llamó Susy, estaba llorando, diciéndo lo mismo.

Llegué a la clínica y me dirigí, casi corriendo, a la sala de emergencias, la de cardiología.

Había varios médicos, estaba el profesor de Aby diciendo que se tranquilice, que los pacientes se perdían.

Supongo que no sabe que es mi pareja, porque le recriminaba su comportamiento, casi de mala manera y eso que Kevin la estaba abrazando.

Ella no escuchaba a nadie, lloraba desconsolada.

Me acerqué y la tomé en mis brazos.

-¡Amor!

Le dije mientras la abrazaba con fuerzas y le besaba la coronilla.

Ella seguía llorando, estaba desgarrada.

Los médicos nos observaban en silencio, el profesor ya no decía nada.

-¿Es verdad? ¡No puede ser!

Dijo mi padre entrando y se acercó al cuerpo de Te