—Yo... yo no sé qué decir. —El rostro de Renata estaba marcado por la preocupación mientras miraba a Raquel. De hecho, su voz tembló—. ¿Estás segura de esto?
Debido a que Adrián y Raquel decidieron casarse pronto, fueron a ver a Renata al hospital. Como era de esperar, la madre de Raquel no necesariamente estaba entusiasmada con la noticia.
—Mamá, estoy segura de esto —la voz de Raquel resonó con determinación, sus ojos eran firmes. Luego, compartió con ella cada detalle sobre Adrián, desde sus días universitarios hasta su inquebrantable apoyo a lo largo de los años.
Mientras Raquel relataba la historia, Adrián estaba al otro lado de la mesa de café, esperando su turno para hablar.
—¿Así que Bruno te mintió sobre haberte salvado? —aclaró Renata. Su rostro se había oscurecido, sugiriendo que también estaba enfadada por lo que había descubierto.
—Sí, mamá —confirmó Raquel—. Y Bruno sabía que yo le gustaba a Adrián desde entonces.
—Renata, entiendo tus aprensiones, pero juro que nunca le