—¿Qué hay de Clara, señor? ¿Deberíamos hacer un movimiento sobre ella? —preguntó Carlos.
—No... directamente, pero contacta al señor Benítez la próxima semana y dile dónde encontrar a Clara —Adrián levantó la mirada hacia Carlos y dijo con calma—. Eso será todo por ahora, tómate el resto del fin de semana libre.
Los pensamientos de Adrián se desviaron hacia Raquel, por lo que sonrió levemente y declaró.
—Voy a disfrutar un fin de semana entero con Raquel. Así que... no me molestes. Dile lo mismo al ingeniero Felipe, confío en que puedes encargarte de eso.
—Puedo manejarlo, señor —dijo Carlos antes de despedirse de Adrián.
Después de darle directivas a Carlos, Adrián regresó a su habitación donde Raquel lo esperaba. Llevaba un tipo diferente de vestido de satén, del tipo que lo excitaba a primera vista. Era tipo halter, fluía hasta la parte superior de sus muslos, luciendo su escote junto a sus piernas largas y esbeltas.
En noches anteriores, ella había usado unos más conservadores, así