Raquel jadeó, sintiendo escalofríos por todo su cuerpo cuando Adrián tomó su pecho. Rápidamente, introdujo su gran mano debajo de su vestido de satén para dormir y con suavidad, apretó su seno.
Adrián no le dio un segundo para gemir porque lo siguiente que supo, fue que su boca estaba cubriendo la suya de nuevo, y sus lenguas bailaban juntas. El aire se llenó con el sonido de sus labios encontrándose y suspiros apasionados, Raquel no podía escuchar nada más. Sintió los dedos de Adrián jugar con su pezón. A menudo, lo pellizcaba ligeramente o lo hacía rodar en su dedo. Sus acciones la agitaron completamente, haciendo que su cuerpo ondulara y sus manos se movieran de forma inconsciente, presionando contra cada músculo de la parte superior de su cuerpo.
Adrián estaba muy tonificado. Su pecho era duro y su abdomen esbelto, así que Raquel disfrutaba cada segundo mientras lo sentía. Con la forma en que Adrián la devoraba, los labios de Raquel se entumecieron en poco tiempo. Sus labios, húmed