¿DESPUÉS DE TODO VOLVERÁS?

NARRA DAVID

Verla con la ropa que le prestó mi hermana Alana, por alguna razón no me gustó. Todo abrazaba su cuerpo tan perfectamente que solo me provocaba quitarle la ropa. “¿Qué disparate estoy pensando?” Me regañé a mí mismo. Sandy se miraba hermosa y la verdad que sus ojos son más que hermosos. Solo que no podría identificar que tienen que me están volviendo loco. Ese color avellana en su mirada me invitaba a querer saber más de ella. Me ofrecí a llevarla porque la verdad necesitaba pasar ese momento con ella. Era algo estúpido lo que provocaba esta chica. Me hacía sentir como un chico de colegio con las hormonas alocadas algo que puedo decir, mas no describir porque nunca me había sentido así. En el camino la radio sonaba, pero nosotros íbamos en un silencio super incómodo. Mi teléfono sonó y era mi abuela. No quería contestar, pero debía hacerlo.

—Hola cariño. ¿Dónde estás? Acabo de llegar aquí con tus hermanas y no te encontré. — me dice y miro a Sandy a mi lado quien me mira por un segundo, pero disimula al siguiente viendo hacia la ventana.

—Vine a dejar a Sandy a la casa de Fernando y Lorena, abuela. — le comenté y no me esperé lo siguiente que iba decirme.

—Si, si, Sandy me gusta para ti cariño. Es una chica fuerte y muy buena la conozco desde hace tiempo. — me comenta y yo me sorprendo un poco.

—¿Enserio? — interrogué algo sorprendido.

—Claro que si cariño, puedo notar que la chica te gusta ¿no es así? — me pregunta y no podría negar que tiene algo que me atrae hacia ella, pero debo averiguar muy bien esa parte primero.

—No. — respondí pues no podía admitir nada aún.

—No me mientas David te conozco desde antes de nacer. Solo te pido que hagas las cosas bien. Ella es una chica genuina cuando sepas su historia sabrás porque te lo digo. — la escuché decir y eso me confirma que hay una historia algo particular detrás de ella.

—Si abuela. Te vere más al rato ¿de acuerdo? — me despedí y seguí con nuestro camino.

Al verla de reojo pude observar que iba maravillada de la vista y fue cuando se me ocurrió mi primer movida con ella. Sonreía con solo ver el mar en la bahía. Me dio la corazonada de que ella tuvo una vida algo difícil y quería saberlo. Llegamos hasta la casa de Fernando y Lorena. La invité a ver la ciudad aparte que también ayudaba en mantener a la visita ocupada. “Quieres hacer más que mantenerla ocupada no te hagas” me gritó mi subconsciente. No iba a negarlo, me intrigaba la pequeña chica. No me esperaba que ella tomara eso como una cita, pero la verdad es que eso era. Tal vez no de un punto tan romántico, pero si dejaba mostrar mi interés en ella.

—¿Te parece mañana después del desayuno? — le pregunté y ella asintió con una tímida sonrisa.

—Está bien, le diré a Clara no se si ya tenía planes para conmigo. — respondió y yo asentí.

—Está bien, buenas noches, que descanses. — me despedí de ella. Me daban unas ganas de darle un beso en la mejilla, pero no habíamos llegado a ese nivel de confianza aún. Si díganme anticuado, pero también va de un hombre que una mujer se sienta respetada. Darle un beso en la mejilla o en su mano, eso daría la impresión de que solo estoy interesado con ella por sexo. “¿Eso significa que por primera vez sacaremos a flote a David nivel 2?” me pregunta esa vocecita en mi cabeza. Yo me sorprendí de mí mismo, aunque debo de admitir que desde que me la encontré en Paris algo despertó en mí y no me negaré ante esta oportunidad. Posiblemente ella sea la indicada, lo único que si sabía era que necesitaba saber más de ella para poder confirmar esa teoría. “Alguien está enamorado.” Me dije a mi mismo a la misma vez negué con mi cabeza mientras reía de lo que esa pequeña pelirroja había despertado en mi en solo horas de haberla conocido. Llegué a la casa y mi abuela me esperaba en la cocina.

—Vamos confiesa, ¿Verdad que mi chica fuego te movió el piso? — interrogo y que podía hacer esta señora frente a mi tiene la capacidad de ver a través de nuestra mente y corazón.

—La verdad es que, si me gusta abuela, tiene algo que no te sabría explicar y que solo me llama a querer saber más de ella. ¿Podrías hablarme más de ella? — le pido y ella sonríe al mismo tiempo que niega.

—¿Y quitarle a Sandy el derecho de hablarte sobre ella? No cariño. Tú tienes que enterarte de su vida por ella y no por mí. Solo puedo decirte que su inocencia no es fingida, esa niña no conoce el mundo como nosotros lo conocemos. Te gustará averiguar más sobre ella. Ahora ve y llama a tus hermanas que ya está la cena. — me dice y como buen nieto, le hice caso.

—Si abuela, es que vieras como la miraba. Ya que todos aquí somos adultos, podría comentarte que la desnudaba con la mirada. — le comenta Alana.

—Pequeña terrible. No sé porque tengo la ligera sospecha que con esa intensión decidiste vestirla así. Me sorprende mucho que haya aceptado, creo que lo más que conozco de ella es su cuello. Me gusta que se aventurará más con su estilo, es una joven muy hermosa. Ojalá conozca a alguien que la llene de sueños y luz su vida, algo que careció de pequeña. — comenta mi abuela y ahora la intriga es aún mayor. Me moría por saber quién es esta chica, saber de su pasado y sabía que mañana podía averiguarlo. La cena transcurrió entre habladurías de mis hermanas sobre Alan y lo que se vivió con Khoa a quien todavía no tengo el placer de conocer. Solo a la pequeña rubia de Ángel y Clara. Esa pequeña cautivó mi mundo desde el momento que la conocí. Es raro decir que soy tío y de parte de mis hermanos menores. Estaba en mi habitación y recordé que había sido muy estúpido al no haberle pedido su número de teléfono.

—No cabe duda de que la pequeña pelirroja te está volviendo loco. — me dije en voz alta. Me di un baño y luego me fui a la cama. A la mañana siguiente me desperté con una emoción que no podía con ella.

—Miren, hasta temprano se levantó para ir por ella. Cuando las veces que ha venido hiberna como oso y si lo vemos a medio día es un milagro. Soy equipo Sandy hermano, así que cuídala si no me voy contra ti. Créeme que no te gustaría conocer al huracán Alana en acción. — me carcajee ante su comentario.   

—Tu no matas ni una mosca así que no entiendo de donde viene tu comentario. — le digo con la ceja alzada.

—Ay, hermanito, si te contara en las de líos que se ha metido esta niña. Anda de enamorada y por cuenta y caso el tipo tiene una ex de esas locas obsesionadas que no lo quiere dejar ir. Y pues que aquí la señorita la dejó encunetada. — dice Sol tomando su taza de café.

—No entiendo, define encunetada. — dije porque no creo que mi hermana haya sido capaz de haber provocado un accidente y mucho menos por un hombre.

—En Bella Vista no se si recuerdas que en la mayoría de las calles hay grandes cunetas. Que se deben cruzar pues es para que no se inunde no necesito explicarte mucho tu ya las conoces. El caso es que nuestra hermana, había ido a conocer a su suegra y cuando salían de la casa, que le sale la ex de Roberto. La chica la quiso minimizar y pues a nuestra hermana se le salió lo Galeano Amador y la puso en su lugar. La chica cayo en la cuneta y parece que se fracturó un brazo. No es una historia de conocimiento de nuestros padres así que guarda el secreto. — dice Liz y yo miro a Alana con la ceja alzada.

—¿Mis padres saben de ese novio tuyo? — le pregunté. Mi hermana asintió y hasta mi abuela lo hizo.

—Si cariño, Roberto es el terapeuta que ayudó en la recuperación de Susy. — comenta mi abuela y yo pues me quedé más tranquilo. No me gustaría que mi hermana menor sufra por enamorarse de la persona equivocada. Igual me quedo más tranquilo porque si mi abuela esta enterada y tranquila es porque ya sabe quién es y hasta cada cuanto va a el baño. Gorrión no deja que alguien se acerque a la familia sin conocerlo. Terminamos de ponernos al día con los chismes como dijo mi abuela. Quien se quedó con mis hermanas.

—Llévale una rosa amarilla, le gustan. — comenta mi abuela desde la cocina.

—¡Gracias abuela! — le grité desde la puerta, parece que no es mentira que sí la conoce muy bien. Pasé por una florería y compré una rosa amarilla la cual adornaron muy bien. Sali de ahí con una sonrisa de tonto porque no podía creerme lo que estaba haciendo. Apenas era la primera vez que salía con ella y ya le llevaba flores. Llegué a la casa, me bajé dejando la flor en el auto. Toqué la puerta y la tía Lore me recibió.

—David, buenos días ¿Cómo estás? — me recibe y yo la saludé de igual manera.

—¡Sandy! — la escuche gritar y puedo ver a la pequeña pelirroja salir de la cocina. Su cabellera hacia enfrente usando una camisa manda larga y un pantalón negro flojo. Dejando ver su perfecta y diminuta cintura.

—Buenos días, David. — se acerca hasta nosotros con una gran sonrisa.

—Bueno, chicos que se diviertan y pórtense bien. — nos dice y yo solo asentí ante su comentario. Por otro lado, pude ver como ella se ruborizó. Le abrí la puerta del auto y ella se deslizó dentro de él. Una vez entre en el auto, estiré mi mano hacia la parte trasera buscando la rosa que compré para ella. Se la entregué y ella abrió sus ojos al máximo. Sus mejillas estaban rojas. Se miraba tan linda de esa manera.

—Gracias. Lo siento yo no tengo nada para ti. — me dice ella apenada.

—No, tranquila, no tenías que traerme nada. — le dije y ella hundió su rostro buscando el aroma de la rosa.

—Es muy bonita y huele muy hermoso. — me comenta con inocencia una que me tiene hipnotizado. Comenzamos el recorrido por la bahía. Ella miro a un señor con un carrito de helado y se sorprendió muchísimo como si jamás había visto algo así.

—¿Te gustaría tomar un helado? — me aventuré a preguntar. Ella me mira emocionada con una sonrisa.

—¿Podríamos? La verdad es que sí. Quiero probarlo. — me dice y caminamos hasta él. Pedí dos helados de vainilla y ella devoró el suyo en cuestión de segundos.

—Lo siento, si había comido helado antes. Es solo que jamás había visto que lo sacaran de un carrito móvil. — me dice apenada limpiando los bigotes de helado con una servilleta. Pensé que en los Estados Unidos estas cosas no se miraban, sin mencionar que ver unos perritos deambulando solos por la calle también le causo mucho impacto. Caminamos y esta vez me aventuré preguntar sobre ella.

—Me gustaría saber más sobre ti. — comenté y ella se quedó viéndome dudosa. La vi suspirar.

—No tengo mucho que contar la verdad toda mi infancia la pasé sin saber lo que era la electricidad, la tecnología, hasta que salí a conocer el mundo. Lo único que conocí fue a cuidar de las gallinitas y pollos que mi padre criaba. — casi me atraganto con el helado que estaba por digerir.

—No te entiendo, ¿Cómo es eso posible? creo que en este tiempo eso es algo casi imposible, todo se mueve a través de la tecnología. — le digo yo sorprendido.

—No en el mundo Amish, David. Todo para ellos es pecado, bueno, no todo, pero si hasta cierto punto. Son más las ideologías y creencias, para ellos todos los que no sean de nuestra comunidad o lleven ese estilo de vida irán al infierno. — me dice viendo hacia el mar. Me quedé callado por un momento, procesando la información que se me ha sido entregada. Conocía muy bien esas comunidades y entre otras que son de creencias aún más oscuras. No podía creer que esta pequeña haya logrado salir de allí. ¿Cómo lo había logrado? Muchas veces las voces de los más jóvenes no son escuchadas y son obligadas por sus familias a hacer cosas que no desean. Ahora entiendo a lo que se refería mi abuela.

—¿Cómo lograste salir? — pregunté. Ella comenzó a explicarme sobre lo que pasó a sus quince años y como había conocido la escuela. La ayuda que le brindaron su mamá y su hermano mayor. La enfermedad de su hermanito y su deseo de volver a su comunidad con los conocimientos necesarios para ayudar a los demás. Me quedé un poco sorprendido cuando me dijo que debía volver. Me dio un poco de temor porque no creo que lo que ella desea sea posible. La repudiarán y vayan ustedes a saber que más si vuelve a ese lugar.

—¿Después de todo volverás? — pregunté y ella bajó su cabeza.

—Tengo que hacerlo David, mi madre y mis hermanos están allí. No puedo solo olvidarme de ellos y hacer como si nunca hubieran existido. No podría hacerlo y mucho menos podría perdonarme si lo hago. — respondió y pude sentir su dolor hasta cierto punto, sentí la necesidad de abrazarla y lo hice. Pensé que me empujaría, pero no lo hizo. Ella rodeo sus brazos por mi cintura. Nos quedamos así por unos segundos hasta que sentí una gota de agua caer por mi mejilla.  

—Creo que comenzará a llover. — le dije y tomé su mano. Corrí para refugiarnos del agua debajo de un árbol muy frondoso, ya que la lluvia comenzó a caer sobre nosotros. Ella comenzó a reír y yo no me explicaba por qué.

—¿Qué sucede? — pregunté intrigado del porqué de su risa.

—Nada solo que recordé a mi madre decir algo sobre esto y aunque no hay nada que lo pruebe en la biblia como tal. Ella nos decía a mis hermanos y a mí que siempre que hay lluvia y sol a la misma vez significa que Dios está otorgando bendición sobre la tierra donde cae la lluvia, trayendo nueva vida, nuevos comienzos. Lo divertido es que yo te estaba abrazando y comenzó a llover. — me dice y yo entendí su punto.

—Pues creo que eso significa un nuevo comienzo ¿No lo crees? — le digo y ella se queda callada, me ve con sorpresa y aclara su garganta.

—Creo que ya sabes mucho sobre mí, ahora me gustaría saber más sobre ti. — me comenta y yo asentí.

—Dime ¿Qué quieres saber? — le di la opción a preguntar.

—Escuché una vez que Ángel mencionó que eras su mejor amigo, pero que hace años te habías alejado de él. ¿Por qué paso eso si todos se ven tan unidos? No, disculpa eso ya es invadir mucho tu privacidad. Mejor dime a que te dedicas. ¿Solo estudias? — me preguntó y no me incomodó la pregunta anterior, pero igual responderé creo que puedo confiar en ella para guardar mi secreto.

—Secretos familiares me hicieron alejarme y convertirme en lo que soy ahora. — comenté y ella me miró con la ceja alzada sin entender mi comentario.

—Soy un agente secreto. —  

    

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Copyright © 2023 Valery Archaga

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Valery Archaga

!Ay, Dios! Amo a este par...

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