Recibir aquella llamada de Óscar había dejado a Ángel más que inquieto con la situación que tenía por delante. No era en lo absoluto común que el mayor rango dentro de la Mafia quisiera ver a alguien, en primer lugar, porque alguien de ese calibre no solicita, demanda. Y por otro lado es raro que pidiera ver a alguien que a su entender debería estar muerto.
-¿Pasa algo?- le preguntó Luna al ver como su cara se tornó pálida al momento que terminó la llamada.
-Pues sí, resulta que la persona que debería matarme, quiere verme- respondió Ángel.
Ella se quedó en silencio confundida ante lo que estaba escuchando.
-Vete a casa- le dijo él.
-No, voy contigo- le dijo ella y casi que por reflejo lo tomó de la mano- al menos delante de un testigo hay menos posibilidades de que te mate.
Ángel la miró y no dijo más nada, solo articuló una pequeñ