El vehículo se sumió en un silencio absoluto. Solo el sonido de la respiración descompasada de Eloá llenaba el espacio cerrado.
— ¿Hija? —Denise rompió el silencio con cautela, algo titubeante, sus labios aún entreabiertos revelaban la sorpresa que sentía—. Solo estábamos bromeando.
Sin poder mira