54. Secretos y sus consecuencias
No es normal. Esto no es normal. No es normal ésta clase de rabia al imaginarse a Renata otra vez sonriendo frente a Gianluca.
Elena sigue en el cuarto, acomodando todo lo que él necesita una vez regrese a descansar. Está concentrada, pero debido a la molestia, apenas escucha lo qué dicen las enfermeras. Todo esto ha cambiado. Qué haya despertado ha cambiado por completo hasta su propia vida. Y ahora que no puede dejar de pensar en sus dedos y en él luego de lo qué ocurrió en ese salón, se está volviendo loca por dentro.
No puede seguir aquí.
—¿Está todo listo? —pregunta a las enfermeras.
—Quería saber si todo se moverá a la habitación de usted, señora Mancini —la enfermera se acerca a ella.
Ni ella ni Gianluca han dormido juntos en la misma habitación desde qué llegó a ésta casa. Y eso fue hace dos meses. Carraspea un poco. Debería hablarlo con él.
No.
—Todo a mi habitación —dice contundente. Luego, siente algo de arrepentimiento. Demonios. ¿Qué ha dicho?
Son una pareja de matrimonio.