Capítulo 87.
Randolf se encuentra caminando de un lado a otro en la desesperación de su habitación, el cuerpo de Alena está ardiendo en fiebre, completamente descontrolado y Randolf no puede olvidar la culpa que siente.
“¿Le exigí demasiado? ¿La estrese al punto de debilitarla tanto?” Piensa culpable.
Los trapitos que estaba mojando de forma desesperada se calentaban y se secaban más rápido de lo que él tardaba en enfriarlos.
~ Esto no tiene sentido~ declara su lobo por el enlace mental.
~ Necesitamos encontrar la fuente y eliminarla de manera permanente~
En ese momento llega el brujo Agneo y comienza a revisar a Alena de manera tranquila y superficial.
— Agneo por favor apúrate, necesito que me digas qué es lo que tiene, necesito saber.
— Silencio— solicita Agneo al mismo tiempo que comienza a calcular los latidos del corazón de la Luna, al mismo tiempo que se gira para observar las pupilas dilatadas de ella y el color pálido de su piel.
A pesar de lo caliente que se encontraba, la sangre par