Capítulo 37.
En ese momento todos los miembros de la manada se giran en dirección de Alena quien estaba igual o más sorprendida por la reciente orden de parte de Alfa Randolf. Sin embargo, este al decir las últimas palabras se concentra en la mirada, en el rostro dubitativo de Elliot quien sonríe de manera triunfal.
— ¿Celoso? Que celoso eres. — Sonríe lleno de autosuficiencia haciendo hervir la sangre del alfa Randolf un grado más.
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Randolf se encuentra en el calabozo donde tiran a uno de los guardias que estaba en la cacería y finalmente había sido atrapado por Todd y Gilmer.
— Alfa no creo que… — Dice el guerrero de élite Gilmer al mismo tiempo que trata de acercarse.
— ¡No!— Grita Randolf al mismo tiempo que lanza otro golpe directamente al guerrero.
Los jadeos, la desesperación y la rabia que inundaban el cuerpo de Randolf eran completamente inhumanos.
Uno de esos malditos bastardos había puesto en peligro a su Alena y todos lo iban a pagar…Incluso solo de pensar