Capítulo 153.
El tiempo pasa y Alena se pone a leer las respuestas de alfas de otras manadas hacia un tratado que estaba proponiendo desde que había regresado al mandato.
—— Sí, claro que sí, aceptaron. Es perfecto le diré a Randolf… — En ese momento se detiene. — No, estamos enojados. Él no va a disfrutar de la noticia. Sin embargo— dice ella poniendo los pergaminos de respuesta sobre su pecho.— Esto solamente es el inicio de la gloria que va a inundar nuestras manadas.
Alena pasa toda la tarde en su oficina encerrada evitando la furia de Alfa Randolf y avanzando en los términos de sociedad.
Sin embargo, llega el momento en que su espalda comienza a doler demasiado.
— Creo ya es hora de ir a la habitación.
La puerta se abre y se encuentra todo en total oscuridad.
“Por lo visto, él no ha regresado” piensa, al mismo tiempo que cierra la puerta sintiéndose completamente sola.
Pero un olor sensual comienza a rodearla.
Los brazos cálidos, fuertes y conocidos se encuentran a su alrededor.
— Debes cui