Capítulo 154.
El ambiente está maravilloso, calido y completo para ellos.
— Bien— dice Alena al mismo tiempo que se gira en la mesa y observa completo desastre.
Leche tirada, harina desparramada, frutillas a medio picar y sobre todo un líquido extraño en tono rojizo que no estaba dispuesta a experimentar probar para saber de qué se trataba.
— Creo que necesitas un poco más que solo ayuda…
— No te preocupes.
En ese momento Randolf toma al pequeño Alistar y lo coloca justo en el medio de la mesa para darle una bola de masa.
— Ten pequeño, ayúdame para hacer un maravilloso pastel para tu mami.
Alena se encuentra maravillada de la imagen que se presenta frente a ella.
Randolf relajado, sonriendo, siendo feliz y no un guerrero, solo un padre para su pequeño cachorro y recuerda que no le ha dicho una maravillosa noticia.
— Randolf, ¿recuerdas que te comenté que había enviado una propuesta para los alfas de las manadas de John de la manada Quinta Estación y Roman, el alfa de la manada Salto Nocturno?
—