Capítulo 148.

A la mañana siguiente, después de haber pasado una noche completamente llena de deseo y amor, Alena y Alfa Randolf se encuentran sentados en los tronos del castillo, en ese momento, las puertas del lugar se abren y Todd llega.

El guerrero rubio y con los ojos mas azules del lugar y sobre todo el mejor rastreador de Randolf, era encargado de localizar a cada uno de los miembros que se encontraban desaparecidos, aparece marcando el paso firme y contundente.

— ¿Qué sucede? —cuestiona Randolf frente a todos.

— Luna… Alfa… —dice Todd concentrándose en Randolf —He hecho una búsqueda exhaustiva entre los cuerpos de las víctimas, así como en el lugar de los heridos. En ninguna parte se encuentra Vero.

Alena se levanta.

— Debemos localizarla, no importa la técnica que utilices, ella tiene que aparecer.

—Hemos hecho de todo, pero no hay rastro de su olor. No hemos encontrado su cuerpo. No hay olor que nos guíe a que haya escapado o que se encuentre en los calabozos.

Alena aprieta sus mano
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