Capítulo 12.
Un rugido desgarrador sale de la garganta de Alfa Randolf y Alena siente que el aire entre ellos comienza a volverse helado, él se aleja.
“Claro ¿qué estaba pensando?” se pregunta ella al mismo tiempo que se cubre completa con la sabana de la cama.
Aunque en el momento en el que se abre la puerta Alena siente el olor de alguien más. Alguien conocido.
Igor estaba ahí.
— Alfa debe acompañarme…— La tensión en la voz el Beta hace que Alena apriete las quijadas de manera automática.
— ¿Debe ser ahora?— Cuestiona Alfa Randolf a mismo tiempo que un ligero vistazo frío en dirección de Alena la hace entender que para él no había representado ningún esfuerzo o descontrol.
— Sí alfa es algo que debe ser considerado de manera inmediata… — La voz de Igor continuaba fría y distante.
Alfa Randolf solo dice…
—Ya regreso Alena, descansa… — Y sin decir otra palabra sale de la habitación dejándola completamente a oscuras.
— Uff… aun necesito tranquilizarme, parece que mi cuerpo no reconoce lo que es re